viernes, 26 de septiembre de 2008

Reproducción y anatomía

Reproducción

Cría de panda de aproximadamente una semana de edad en una incubadora del CIR Chengdu
Los pandas alcanzan su madurez sexual entre los cinco y los siete años de edad.
La época de reproducción se desarrolla durante la primavera (de mediados marzo a mediados de mayo). Durante esta época de dos a cinco machos pueden competir por una hembra fértil. Cuando un macho se destaca sobre el resto obtiene el derecho a copular con la hembra. El tiempo de cópula es corto y va de los 30 segundos a los 5 minutos, pero el macho puede montar a la hembra varias veces para asegurar el éxito de la fecundación. Suelen ser ruidosas, acompañadas por gemidos y alaridos.
La gestación del embrión (que puede pesar entre 90 y 130 g, lo que representa 1/900 parte del peso de la madre) dura, en promedio, 135 días. Normalmente nacen una o dos crías, si se diera el segundo caso, la madre optará por continuar la crianza de sólo una de ellas (la que note con mayores probabilidades de sobrevivir). La cría rechazada es abandonada y muere. Este comportamiento, observado en varias especies, se da cuando le es imposible a la madre cuidar de varias crías, por lo que elige a la más apta (aún no se conoce cómo realiza la madre esta selección, pero está siendo estudiado por los científicos).
Al nacer la cría es ciega y su piel tiene una coloración rosada (producto de una reacción química entre la piel del recién nacido y la saliva de su madre), un mes después del nacimiento el panda adquirirá su tradicional pigmentación.
La madre amamantará a su cría entre 6 y 14 veces por día por un lapso de 30 minutos cada vez. Solamente por tres o cuatro horas abandonará a su cría para procurarse alimento, durante este tiempo la cría queda indefensa. Aunque la cría de panda sea capaz de ingerir pequeñas cantidades de bambú desde los seis meses el destete se produce al año de vida.
Por otra parte la cría comienza a andar (torpemente) a partir de los 75 días, desde entonces la madre lo estimulará jugando y luchando con ella.
La cría vivirá con su madre (ya que el padre no toma parte de la crianza) hasta los dos años de vida. El intervalo entre una camada de crías y otra puede durar más de dos años.
En cautiverio la cría de pandas se vuelve muy dificultosa: solamente el 10% logra aparearse naturalmente y apenas el 30% de las hembras quedan preñadas. Además el 60% de los pandas cautivos pierde totalmente su deseo sexual. Algunos científicos (sobre todo en China y Tailandia) intentan reducir este problema a partir de vídeos de pandas copulando. Los científicos no creen que aprenden comportamientos copulativos, sino, que los sonidos asociados estimulan a los pandas que los escuchan.
La expectativa de vida de un panda es de unos 12 años. En 2005, Basi, una panda hembra china, cumplió 25 años de edad (que equivalen a 100 años humanos), ese mismo año el panda criado en cautiverio más viejo del mundo, una hembra llamada Meimei, murió a los 36 (equivalentes a 144 años humanos), en el jardín zoológico de la ciudad de Guilin.

Anatomía de su cuerpo

Un carnívoro adaptado al bambú

Con su cuerpo macizo y bajo, casi rechoncho, el oso panda presenta una coloración blanco (algo amarillenta) con características manchas negras, que le confieren un patrón de camuflaje ideal tanto entre la penumbra del follaje de bambú como sobre la nieve. Su cara ancha “de payaso” tristón provoca el afecto humano, pero probablemente para otro animal sea un signo de amenaza, lo que no deja de ser un sistema de defensa.

Cabeza: La cara es más aplanada que la de los demás osos, y el hocico menos prominente. Los ojos presentan pupilas hendidas verticalmente, como las de los felinos y no como las de los demás osos, que las tienen redondas. Por ese motivo, los chinos llaman a los pandas “daxiongmao”, que significa gran oso gato. Las mandíbulas también han sufrido una adaptación a la vida vegetariana de manera similar a como lo han hecho las patas delanteras. En efecto, son más pequeñas que las típicas de los úrsidos y, sobre todo, su dentición está muy modificada, resultando más parecida a la de un herbívoro que a la de un oso.
Pelaje: la piel está cubierta por un pelaje no muy largo, pero espeso, tupido y lanoso, muy adecuado en invierno, aunque en verano es un buen hábitat para las garrapatas y otros parásitos externos. Con la edad, el color blanco puede volverse algo amarillento o de aspecto “sucio”. Presenta color negro en las patas, pies, orejas, nariz, zona de los ojos y en una franja que rodea los hombros y que se une con el negro de las patas delanteras.
Patas: las patas delanteras están muy modificadas, con una estructura única, que ha recibido diversos nombres: el pulgar del panda, sesamoide, sexto dedo, pseudopulgar, etc. Pero no se trata de un verdadero dedo, sino de un pequeño hueso alargado de la muñeca que está más desarrollado. En el extremo hay un cojinete suplementario que le permite funcionar como un dedo oponible a los otros cinco verdaderos, y que resulta ideal para agarrar, arrancar y llevarse a la boca las hojas de bambú.
Cráneo: redondo y voluminoso, sobre todo por los prominentes y separados arcos zigomáticos.
Orejas: grandes y redondeadas, pero resaltan más todavía por su color negro, que contrasta con la base blanca de la cabeza.
Nariz: situada en el extremo de un hocico blanco no muy largo, y con la punta negra para seguir el patrón global de coloración pía, la nariz proporciona un fino olfato, que el panda utiliza para detectar posibles depredadores y, sobre todo, para adivinar la presencia de sus semejantes y reconocer sus desplazamientos y territorios.
Piel: la piel es gruesa porque posee una considerable capa de grasa, cuya función no sólo es proteger del frío, sino también de los frecuentes cortes con las esquirlas de las cañas de bambú.
Cola: con sus 12-14 cm, siempre está retraída, lo que le confiere poca relevancia; bajo la cola posee glándulas olorosas que utiliza para marcar el territorio.
Pies: las plantas de los pies son peludas y poseen garras con uñas curvas y aceradas, peor no retráctiles.

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